Gracias a sus interminables playas, su gran riqueza cultural, su buen clima y el carisma de su gente, no es de extrañar que Palma de Mallorca fuera considerada en 2015 la mejor ciudad del mundo para vivir. Esta localidad, capital de la isla homónima, no tan solo es uno de los grandes reclamos del archipiélago balear, también es conocida como la “perla del Mediterráneo” por su incuestionable belleza y su indudable atractivo turístico.
Si en la actualidad destaca por su frenética actividad y su ajetreo, grandes monumentos del pasado recuerdan la esencia de este lugar y deleitan a todas aquellas parejas que buscan una vertiente histórica con la que bañar su ceremonia. Es así como la famosa catedral de Santa María se alza imponente en mitad del horizonte de la bahía de Palma, o como el castillo de Bellver, al oeste de la ciudad, custodia su entorno.
En mitad de estos parajes, hacen presencia multitud de espacios únicos que os ayudarán a dar forma a la boda de vuestros sueños. Desde prestigiosos restaurantes donde podréis degustar la mejor comida típica de la zona, hasta exclusivos hoteles que resiguen la costa palmesana. En el interior, en barrios como el de Son Dameto, Cap Capiscol, Camp Redó, Bons Aires, Secar de la Real, Son Cladera y la Cabana, se alzan bonitas fincas en mitad de verdes jardines que serán un pequeño reflejo del carácter insular que marca la región.
Dejaos seducir por el encanto de un banquete nupcial a orillas del puerto, a la sombra del palacio real de la Almudena o con vistas a una de las increíbles calas que delimitan su litoral. Sin duda, será una experiencia que no podréis olvidar jamás.