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Bodas

Una boda en el corazón de Madrid

Una boda en el corazón de Madrid con unos novios con las ideas claras desde el principio que han querido compartir con todos nosotros su día más feliz.

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Lolo y Paqui querían celebrar su boda civil por todo lo alto con su familia y amigos y para ello lo tenían muy claro. Conocían a través de familiares cercanos el trabajo del Hotel Santo Domingo, en pleno centro de Madrid, por eso no tuvieron ni que pensarlo, celebrarían allí su boda.

Tanto la ceremonia civil, en este caso no legal puesto que se casaron el día de antes en un pequeño juzgado de la provincia de Toledo, como el banquete, se celebraron en el mismo hotel aprovechando las nuevas instalaciones que les ofrecían tras unas reformas.

Para el gran día la novia eligió un vestido de Manuel Mota para Pronovias y lució un recogido sin velo, decorado con unas flores a un lado. El ramo era de gardenias blancas y rosas naranjas pretratadas, no marchitan y el ramo se conserva así para siempre. El novio lució un elegante traje negro con corbata naranja a juego con las rosas del ramo de la novia.

La ceremonia se celebró en el salón Natura, blanco inmaculado y con techo de cristal sobre el que está el jardín colgante más grande del mundo. Decorado con algunas flores y una alfombra roja que conducía al altar, se convirtió en el lugar perfecto para darse el sí quiero. De eso se encargó el maestro de ceremonias con el que previamente se habían reunido para personalizar cada detalle. Además contaron con algunas sorpresas por parte de familiares y amigos que hicieron aún más emotivo el momento.

Tras la ceremonia, sus 130 invitados fueron conducidos a otro salón a tomar un aperitivo mientras los novios se hacían unas fotos por las calles de la ciudad que rodeaban el hotel, y luego otras tantas en el mismo hotel y en la suite nupcial que les habían regalado para pasar la noche de bodas.

Cuando terminaron el reportaje, tomaron algo con sus invitados y les saludaron tranquilamente antes de pasar al salón Belvedere, con unas vistas preciosas al Palacio Real y la sierra norte de Madrid. En el banquete se sirvió ensalada de bogavante, suprema de lubina salvaje con almejas a la pimienta roja, sorbete de mojito y solomillo de cebón con salsa de boletus acompañado de patatas risoladas y tallitos de espárragos.

No quisieron cortar el pastel de boda pero no por ello no hubo postre que consistió en lágrimas de mango y spéculos de vainilla tras lo que les esperaba una sesión de cinco horas de barra libre y discoteca para bailar, cantar y disfrutar con sus invitados.

La sorpresa fue al llegar de viaje de novios y poder ver los mensajes que en vídeo les habían dejado toda la gente especial que compartió con ellos su gran día.

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