La boda de Blancanieves y su príncipe
Una historia de amor que ha decidido unirlos para toda la vida. Blancanieves, su príncipe y sus 5 enanitos que fueron los testigos principales de esta hermosa ceremonia.
El concepto del enlace de esta pareja se fue forjando a medida que iban hablando con la decoradora La Tarara. Para casarse, los novios querían un espacio íntimo y perdido en medio de la nada, preferiblemente en la naturaleza y aislado de la urbanización: un bosque en plena montaña.
Los novios querían que su personalidad y estilo se viera reflejada en cada detalle de la boda y más que nada en el lugar donde se lleve a cabo la ceremonia. Especialmente la novia, es una persona muy animada, pintoresca y expresiva a la que no le importó añadirle un buen toque de humor a su día.
Aprovechando que la pareja ya tenía cinco hijos, asociaron directamente al cuento de Blancanieves y los cinco enanitos. Definida la temática, sólo quedaba montar el escenario y la decoración de ese gran día que estaba por venir.
El lugar escogido para evento fue Fontdellops, una minúscula pero coqueta y bucólica casita perdida en el bosque en lo alto del Parque Natural del Montseny, ¡desconexión absoluta! Allí podrían quedarse casi los treinta invitados a dormir y pasar el fin de semana.
Lo cierto es que la novia tenía un estilo propio muy característico y sin duda, esto quedó reflejado en la decoración. Es una amante empedernida de los cachivaches con historia y las antigüedades así que trasladaron su casa a dicho lugar y colocaron todo tipo de objetos de forma estratégica para que todo hablara de ellos. El color elegido para pintar la boda fue el rojo, así, todo siguió esta línea.
El cartel “here is the wedding” daba la bienvenida a los invitados. La ceremonia se celebró en la parte delantera de la casa por sus impresionantes vistas del Montseny y como telón de fondo para la pareja confeccionaron una cortina con más de 100 claveles rojos. En la pradera de la casa los novios se hicieron el reportaje de fotos después de la ceremonia.
El banquete de bodas se hizo en la parte trasera, con una carpa para proteger del sol y la decoración de la mesa era con florecillas silvestres y manzanas rojas con los nombres de cada invitado indicando el sitio.
Tras el banquete, aguardaba la tarta preferida de la novia, la clásica red velvet de bizcocho rojo de remolacha y frosting de queso. Todo fue presentado junto con un montón de cupcakes en una preciosa mesa decorada con las figuritas del cuento de Blancanieves y otros objetos decorativos. La fiesta se alargó hasta las mil y en fin, esta bonita boda no puede acabar si no es con el típico… "fueron felices y comieron perdices..."
Decoración: La Tarara
Fotografía: Ignasi Oliveras
