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Bodas

Créditos para bodas: algunas buenas ideas

Una boda es una inversión considerable y hay parejas que optan, o valoran la posibilidad, de pedir un crédito al banco para sufragar los gastos. Si vosotros también os lo estáis planteando, os contamos todo lo que necesitáis saber.

 

Albert Bardina Fotografia

Lo primero que hay que hacer cuando empezáis a planificar vuestra boda es hacer un presupuesto en el que figuren todos los gastos que vayáis a tener, desde el banquete hasta las alianzas.
 
Se trata de que os programéis y adaptéis un sistema de ahorro: calculad cuánto tiempo os queda y fijad la cantidad que podáis guardar cada mes. Por otro lado es importante elaborar un calendario de distribución de los distintos pagos que os irán viniendo. Así sabréis exactamente cuándo necesitareis la mayor cantidad de efectivo. A lo largo del tiempo tendréis que repasar ese calendario y presupuesto, y acabar de ajustarlo.
 
Una vez lo tenéis todo claro cabe la posibilidad de que con el sistema de ahorro establecido no alcancéis la suma necesaria para cubrir todos los gastos. Ante esta situación, si optáis por pedir un préstamo o crédito tened en cuenta que cada banco ofrece un tipo de préstamo para bodas y los intereses varían dependiendo de la relación que tengáis con ellos. Acudid a vuestro banco de confianza primero, pero consultad las condiciones de otros bancos. Comparad lo que os ofrece cada uno y decantaos por el que mejor se adapte a vuestras necesidades. Es probable que os den un mejor trato donde tengáis domiciliada la nómina, la hipoteca o donde vayáis a ingresar el dinero de los regalos si es que os decidís por dar un número de cuenta y en vez de poner una lista de boda.

Antes de tomar la decisión final, revisad la cantidad que vais a necesitar y valorad en cuánto tiempo pensáis o creéis que podréis devolverla. En este punto se trataría de hacer un nuevo plan de ahorro pasada la boda para poder recuperar el dinero empleado y devolverlo en el tiempo establecido. Consultad también la posibilidad de poder devolverlo todo de golpe sin penalizaciones. De esta manera pagaréis menos intereses.

Valorad la posibilidad de utilizar una tarjeta de crédito en lugar de pedir un préstamo. Los intereses pueden ser menores y la forma de pago es a veces más flexible aunque las cantidades de las que podréis disponer son más bajas.