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Bodas

Alexa y Xavi, una boda original en el Parque del Tibidabo

Cada boda es un mundo y ésta fue en un mundo de ensueños. La personalización al máximo detalle en una boda original y creativa, creada especialmente para cumplir el sueño de los novios.

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"La plaça dels Somnis/La plaza de los Sueños" era el lema de la boda de Alexa y Xavi, quienes soñaban con una boda original y que dejara atónitos a todos sus invitados, buscaban un lugar en donde nunca se haya casado nadie y lo consiguieron gracias a la colaboración de Marry Me in Spain, el equipo de la mano de Carole Bipat hizo realidad el sueño de los novios. El Parque del Tibidado era el lugar perfecto que cumplía todas las expectativas, un lugar emblemático, con una vista privilegiada y cerrado especialmente para los novios y sus invitados.

 

 

Un espectáculo en sí mismo, una boda que llevó año y medio de organización y de la cual nadie supo su localización hasta unos minutos antes de la ceremonia religiosa que se llevó a cabo en la iglesia del Tibidabo. Todo comenzaba con la tarjeta de invitación que se abría en 4 partes, desvelando algunas pistas pero sin resolver el lugar de la boda. Únicamente sabían que unos mimos los estarían esperando en un sitio en concreto y de ahí en más, dejar sorprenderse. Al llegar al meeting point los mimos los conducían desde el funicular hasta la emblemática y majestuosa iglesia del Tibidabo.

 


Al finalizar la ceremonia, entró en acción el grupo Dixieland y las puertas del parque se abrieron, dejando asombrados a todos los invitados. 

 

 

La temática se escogió teniendo en cuenta varios detalles que querían los novios: creatividad, originalidad, máxima personalización y diversión, lo que condujo a definirlo en dar una vuelta por la infancia, el reencuentro con el niño que llevamos dentro, diversión y alegría.

 


Más de 300 globos en los centros de mesa, piruletas y hortensias blancas decoraban el escenario del banquete. Guirnaldas de bombillas, copas, platos rojos y blancos con detalles personalizados, más de 100 pompones y 200 narices rojas para que los invitados hagan un viaje a su infancia y disfruten como niños de esa gran noche.

 

 

El aperitivo lo prepararon en El Mirador, donde la vista a la preciosa ciudad Condal era la principal protagonista, una banda, el carrousel y los camareros maquillados de mimos, todo hacía que ese momento sea un verdadero sueño. La bienvenida para los invitados eran mojitos y nubes de azúcar y le siguió un catering caracterizado a la perfección.

 


Otros detalles fueron las pulseras del Tibidabo, los mapas para no perderse en el parque, el seating plan, las zapatillas para que las mujeres estuvieran cómodas en los juegos, ¡sí en los juegos! Porque antes del banquete los invitados tenían todas las atracciones para ellos solos!

 

 

Un cúmulo de sentimientos y emociones indescriptibles que quedaron congelados en las fotos tomadas por el fotógrafo Silver Moon, cada sonrisa y abrazo y cada detalle de ese día que podrán revivir por siempre. Los novios querían una sola cosa: "dejar a los invitados con la boca abierta" y no quedan dudas de que lo han logrado.

 


Una de las bodas más felices para Marry Me in Spain, dos días de montaje y una magnífica pareja, positiva y atrevida que disfrutó inmensamente de ese día único e inolvidable.

 

 

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